Una mexicana busca empoderar a mujeres en África con Motherbud, plataforma de agricultura de hongos
La mexicana Diana Córdova y su proyecto Motherbud buscan empoderar a las mujeres africanas a través del cultivo de hongos.
Diana Córdova Gallardo, originaria de Guanajuato, se considera una mujer innovadora. A lo largo de su vida laboral ha desarrollado diferentes proyectos que van desde la arquitectura, hasta colaboraciones para empresas internacionales. Hoy, Diana siente que ha logrado juntar toda esa experiencia en su más reciente proyecto: Motherbud.
“Motherbud es una red de agricultura de hongos que busca empoderar a las mujeres de África.”
El concepto consiste en distribuir paquetes de sustrato de hongos, sin costo inicial para las mujeres, los cuales se cultivan muy fácilmente y sin necesidad de tener nociones sobre agricultura ni invertir mucho tiempo en su cosecha.
Las mujeres beneficiadas con estos sustratos, podrán elegir si consumirlos ellas y sus familias, venderlos a algún negocio local, o venderlos a Motherbud. Pues la empresa hará vínculos con supermercados locales dispuestos a comprar grandes cantidades.
Esta idea surge de la experiencia que la joven tuvo cuando realizó su servicio social en Costa Rica, con el programa Reto Juvenil Internacional. La misión entonces era empoderar a una comunidad de mujeres a través de la cosecha de pepinos y lechugas. Uno de los problemas que tenían estas mujeres es que las tiendas locales no les compraban la totalidad de lo que producían, por lo que terminaban comiéndose ellas los frutos restantes y no generaban el dinero que esperaban.
Para realizar el proyecto de Motherbud, Diana se puso en contacto con estas agricultoras para que le hablaran de su experiencia, fue a partir de estas conversaciones que surgió la idea de que la empresa también les comprara su producto si las mujeres sudafricanas no lograban venderlo.
Algunas comunidades tendrán, también, invernaderos cooperativos, donde las mujeres podrán coordinarse para regar los hongos cada cierto tiempo. “Es mucho esta idea de comunidad que existe en Sudáfrica y de hacer estas redes de apoyo entre mujeres a través de la agricultura”, explica Diana.
“Acabé proponiendo cosas modulares porque eso es lo que como arquitecta te enseñan a pensar. Entonces, aunque la arquitectura ya la dejé un poco atrás, todos tus conocimientos los acabas aterrizando en tus proyectos.”
Las mujeres como eje central del proyecto
Diana Córdova asegura que siempre fue prioridad para el equipo reducir la brecha de género: “aunque hemos hecho mucho progreso, la brecha de desigualdad sigue siendo muy grande. Sobre todos después del coronavirus hemos dado pasos para atrás, hemos dejado de trabajar para cuidar a los hijos. Entonces, Motherbud es como dar una ayuda a esas mujeres que están en la lucha.”
Cuando las mujeres están empoderadas, toda la sociedad se beneficia: ese es el lema de Motherbud que además les ha servido de misión, visión y eje central de su proyecto. “La mujer es muchas veces la jefa de la familia y lo que ella logre y haga es lo que va a proyectar a los hijos. Entonces lo que tú siembres en esa mujer se va a expandir hacia las siguientes generaciones”, argumenta Diana.
En la África subsahariana el empoderamiento de las mujeres es especialmente importante, pues, según la página de Motherbud, el 90% de las oportunidades de empleo en esta región, provienen de la economía informal dirigida por mujeres. Con la ayuda que este proyecto dará a las mujeres sudafricanas se tiene el objetivo de mejorar los medios de vida de dos millones de hogares al año.
La región de África que abarcará el proyecto de Motherbud es la subsahariana, la cual se encuentra abajo del desierto del Sahara. Esta zona fue escogida, también, con el objetivo de otorgar poder a las mujeres. “Mundialmente el 59% de las mujeres en pobreza, que viven con menos de 2 dólares al día, habitan en la África subsahariana”, explica Diana Córdova.
El nacimiento de Motherbud
Diana Córdova se graduó de la carrera de Arquitectura por parte de la Universidad Iberoamericana en 2015, posteriormente trabajó 5 años en su propio despacho de arquitectura, sin embargo, se sentía limitada por el alcance de su carrera.
“Quería hacer algo más, quería ver parte del negocio, del diseño gráfico y otras oportunidades que me faltaban al solo estar diseñando espacios”, comenta. Así que en 2019 se mudó a Nueva York para empezar a estudiar la Maestría de Diseño y Gestión Estratégica en la Universidad de Parsons School of Design, misma que terminó este mismo año.
Hace seis meses, cuando Diana se encontraba estudiando el último semestre de su Maestría, ella y algunos compañeros de estudios decidieron juntarse para crear Motherbud con las bases de la tesis de Kenny, quién al ser de origen sudafricano ya había trabajado en un proyecto para ayudar a sus compatriotas.
Además de Diana, el equipo de Motherbud está conformado por Jesse Flores, quien estudió Ciencias Políticas y es de nacionalidad estadounidense, Ra’ad Jumean, arquitecto originario de Jordania y Kenny Morifi-Winslow, la antropóloga sudafricana que reunió a todo el equipo. “Kenny ya tenía gran parte de la investigación y algunas ideas conceptuales, pero fue a partir de que se conformó el equipo que empezamos a aterrizar la idea y a mejorarla.
El equipo decidió aplicar para el Hult Prize Challenge, el concurso de emprendimiento más grande del mundo. El cual está dirigido a estudiantes de Licenciatura, Maestría o Doctorado, quienes presentan una idea de negocio que tenga la intención de resolver problemáticas sociales que afecten a personas de todo el mundo.
“Aplicaron más de 50 mil equipos, ahora, afortunadamente ya somos parte de los 6 finalistas que presentarán su proyecto en la ONU el próximo marzo”, comenta Diana emocionada, pues, si Motherbud resulta ganador, el equipo recibirá un millón de dólares de capital semilla para comenzar su proyecto.
De Nueva York al África subsahariana
Por la pandemia de Covid-19, el equipo no pudo viajar a Sudáfrica para realizar su proyecto piloto. Sin embargo, lograron adaptar un invernadero en Nueva York, en el cual alrededor de 25 mujeres ya están cosechando sus hongos, con el fin de probar el proyecto y corregir errores antes de que este pueda ser lanzado a partir del próximo año.
El jardín comunitario de Halsey, en Brooklyn, Nueva York, es el lugar donde se están cosechando los primeros hongos. Utilizan como invernadero una carpa que les prestó un restaurante local y a cambio, Motherbud les provee de los primeros hongos que han cosechado.
Al día de hoy, la empresa Motherbud ya está registrada en Sudáfrica y en Estados Unidos, al mismo tiempo de que se encuentran en negociaciones para concretar su primer cliente. Sin embargo, comenzará a operar de manera oficial en enero del siguiente año (independientemente de que gane o no el Hult Prize Challenge) cuando ya hayan terminado de hacer las modificaciones que se están rescatando con el proyecto piloto.
“Le hemos dedicado muchísimo tiempo, investigación, trabajo y también hemos visto la buena respuesta que ha tenido el proyecto. Entonces sí lo vamos a hacer independientemente que ganemos o no. De hecho, nuestra idea es llegar a esta final ya con un primer cliente cerrado y con la seguridad de que nuestro proyecto funciona”, asegura Diana Córdova.
“Después de implementar de manera eficiente el proyecto en África mi principal objetivo es que llegue a México”, comenta Diana, agregando que espera que en 5 años ya podamos encontrar los invernaderos comunitarios de Motherbud también en nuestro país.
Las cualidades que admira Diana de sus padres la han guiado desde la elección de su carrera hasta que presentó su proyecto en la ONU este año. “De mi mamá admiro la parte creativa, espontánea y su forma práctica de resolver problemas y luego de mi papá admiro su parte política y su compromiso con la sociedad. Siento que esas dos partes: la creatividad y lo político-social se vieron reflejadas en mí con Motherbud”, admite la hija del Exsecretario de salud José Ángel Córdova Villalobos.
Diana Córdova Gallardo, quien en estos últimos años ha logrado aprovechar y compactar los aprendizajes que ha tenido a lo largo de su vida y de sus viajes (entre los que destacan países como Francia, China y Costa Rica), espera que todas las personas también encuentren la manera de usar lo que tienen para aportar su granito de arena al mundo.
“Ojalá que las mujeres mexicanas encuentren inspiración en historias como la mía y las de muchas otras mujeres que luchan para seguir empujando y lograr cerrar esa brecha de desigualdad”, concluye la mexicana.