Revocación de mandato, trampa y oportunidad. Claudia y Lorenzo despuntan…
“El sobresalir en el ajedrez es signo de una mente intrigante”
SIR ARTHUR CONAN DOYLE
“La política hace muy extraños compañeros de cama”
REFRÁN OBVIAMENTE POLÍTICO
Recabar 4 millones de firmas
¿Quién da más? ¡Quién da más! La 4T está buscando alrededor de 3 millones de firmas para, con ellas, poder solicitar que sí se realice el proceso de revocación de mandato presidencial contemplado en la ley. Seguramente usted ya ha visto los anuncios de Morena, trastocando la revocación en una ratificación de mandato, y que dicen: “firme aquí para hacer posible el ejercicio”. Para mejor seña, la jefa de gobierno de la capital fue a firmar hace poco y luego luego lo publicitó mucho. Toda la carne al asador. Y es que, para asegurarse de que las firmas sean suficientes, el ejército morenista deberá obtener por lo menos un millón de firmas más de las exigidas, pues seguramente en el INE muchas serán declaradas inválidas. 4 millones en total para pasar la primer prueba.
No sé cómo vaya la 4T en eso de la recolección de firmas (tienen que ser ciudadanos, no partidos o gobierno, recabando firmas de sus pares ciudadanos), pero supongo que no muy bien ya que a sus promotores los veo muy preocupados, desesperados y hasta enojados.
Mas les propongo una magnífica idea; naturalmente la misma puede ser implementada por Claudia Sheinbaum. Total, ella —todos los sabemos— ya está en campaña para la grande, así que qué mejor que hacer puntitos con el inquilino de Palacio para tener un respaldo aún más amplio hacia el 2024.
De los y las suspirantes morenistas, es ella —poniendo en marcha esta idea— quien podrá lograr la gracia plena de López Obrador al conseguirle las 4 millones de firmas que les permitan solicitarle el INE iniciar el proceso de revocación.
¿Claudia en campaña? Sí, ahí está la comida de taquitos callejeros, su presencia en la colonia Pensil luego de la explosión que dejó a muchos heridos y algunos muertos, la capital pintada de color guinda y, por supuesto, la tarjeta “tocaya”, también conocida como ‘la tarjeta Claudia’.
Para demostrarle lealtad al ‘cabecita de algodón’ y darle un regalo de Navidad que lo valga, aquí la idea para lograr los 4 millones de firmas:
Es bastante fácil. Claudia puede poner a “voluntarios”, siervos, simpatizantes y anexas a recabar las firmas para la revocación de mandato en los lugares donde se forman los mexicanos para ser inoculados contra el Covid. Se les criticaría, pero no es ilegal, así que da igual.
Estamos hablando de alrededor de 14 millones de rezagados y otros tantos millones de jóvenes de entre los 15 y 18 años, muchos de los cuales serán acompañados por sus progenitores. Largas —larguísimas filas— equivaldrían a muchas firmas. Lo que es más, la jefa de gobierno pondría el ejemplo que luego seguirían sus colegas en otras entidades morenistas.
¿Qué la oposición dice que Claudia Sheinbaum, Morena y Andrés Manuel ya están en campaña rumbo al 2024? ¿Qué se quejan de la utilización de los programas públicos para promoción partidista? No importa; al final del día no tendrá consecuencias.
Descubrir la oportunidad en la trampa
Iniciar el proceso con las 4 millones de firmas es solo el primer paso y ya lo dieron. Conseguir las firmas no es sencillo, pero las tendrán. Lo que sigue, llevar a cabo eficazmente el resto del proceso es algo que se apunta muy complicado y en lo que el INE tendrá un rol central.
Y no me refiero a conseguir que 39 por ciento del electorado salga a votar; no soy tan ilusa, eso no se logrará. Sino a que se promueva adecuadamente el ejercicio, que se instale el suficiente número de casillas, que haya todo el equipo y la organización electoral que se requiera. En síntesis, que estén puestas las condiciones para que vaya un nada despreciable número de ciudadanos a votar. Y aquí es donde radica la oportunidad de despunte para Claudia Sheinbaum y Lorenzo Córdova.
Hasta ahora, Lorenzo y el INE tienen todas las de perder; les recortan el presupuesto y a la vez les exigen llevar a cabo exitosamente el proceso de revocación en todo el territorio nacional. El haberles restringido el presupuesto es una de las formas para que no puedan realizar un ejercicio digno. Y el INE y los críticos al régimen gritamos ¡trampa!, y con justa razón. Está servida la mesa para que Córdova Vianello quedé mal.
Mas, ¿qué sucedería si los morenistas finalmente le dieran al Instituto, por otra vía, el presupuesto requerido? ¿Si el gobierno de la CDMX aportara recursos propios para compensar lo que le recortaron al INE para la realización de este ejercicio de consulta? Y si lo hiciera Claudia Sheinbaum pronto otras entidades morenistas harían lo mismo para no quedarse atrás; y el poder legislativo también. Me imagino que Ricardo Monreal no dejaría pasar la oportunidad tampoco de figurar en la carrera presidencial otorgándole recursos al INE para que este se asegurara de organizar y poner en marcha un proceso de revocación de mandato en toda forma.
En otras palabras, dado que las firmas, así sea a tiros y tirones, serán recabadas, el escollo a sobrepasar es realizar con seguridad el ejercicio: hacerlo con éxito, pero… eso siempre requiere dinero, que el INE no tiene. Para que no haya pretextos Claudia Sheinbaum puede ser quien ponga el ejemplo morenista —bajo un esquema de “austeridad”— aportando recursos para realizar la consulta como lo ha solicitado el INE.
La irónica salida que planteo es que el dinero negado al INE por los diputados morenistas sea dado por los gobernadores y gobernadoras y otros actores morenistas. De algún lado deberá salir el financiamiento.
Despuntar, Claudia y Lorenzo
Darle el dinero al INE es eliminar la excusa que tiene el instituto de no poder llevar a cabo el ejercicio en tiempo y forma. Y si el INE —principalmente Lorenzo Córdova— es lo suficientemente listo (que lo es), tomará ese dinero y llevará a cabo un proceso en forma (como todo lo que hace el INE: siempre bien). Un ejercicio que suene en toda la república; que se sepa del mismo y que muchos salgan a votar.
Me dirán ustedes, lectores críticos al régimen: ¿para qué hacerle el caldo gordo a López Obrador si de todas formas él se empecinará con llevar a cabo el ejercicio independientemente de las condiciones para hacerlo?
Pues la ventaja es que si AMLO de todas maneras sacará raja, ahora Lorenzo Córdova también podría darse a conocer. La oposición necesita figuras y ahí hay una. Una correcta revocación o ratificación abonaría a la imagen del funcionario responsable, comprometido y que a pesar de la trampa presupuestal, supo administrar el proceso. Y eso lo catapultaría a competir en grande en, precisamente, la grande; colocaría a los dos —Claudia y Lorenzo— en la delantera. En un “tú por tú” en la carrera por el 24, nada ilusorio de acuerdo a diversas encuestas de popularidad de actores políticos.
¿Por qué personas que no creemos en la revocación, que sabemos ganará el “siga Ud., AMLO”, votaríamos entonces en el ejercicio? Porque con recursos aportados por la estructura de Morena el INE tendría que pedirnos participar, lo haría el mismo LC. Haría el esfuerzo; la reputación del INE iría de por medio.
Al conjuntar todos estos elementos el resultante es que la publicidad y la propaganda morenista, se compartirá con LC, lo que le pone en la contienda por la presidencia de la República en el 2024. Ya sería su decisión renunciar a tiempo al instituto para quedar constitucionalmente habilitado para competir.
En este juego de la perinola, Sheinbaum ‘pone’ y marca la pauta; los gobernadores ponen también, pero ‘todos ganan’ incluyendo el INE y Lorenzo Córdova y esto es fundamental para la supervivencia del Instituto Nacional Electoral y para el posicionamiento de Córdova para el 2024, es decir, de la oposición completa que hoy no da una.
Claudia iría por Morena y Lorenzo por la oposición. Con un retador de peso la pelea empezaría a ponerse interesante. Como debe ser en toda competencia, ¿no?